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04 DE SEPTIEMBRE DEL 2019
Evelyn sufría insoportables dolores de cabeza. Los médicos le diagnosticaron un tumor cerebral. Después de años esclava de esta enfermedad incurable, Cristo, el mejor Cirujano, operó su tumor, eliminándolo por completo de su cerebro.
A lo largo de su vida, Evelyn Cartwright sufrió de insoportables dolores de cabeza. Ella creía que este mal era causado por la presión arterial alta, hasta que un día sintió un dolor muy fuerte en la cabeza. "Fue como un latido en la parte superior de mi cabeza. Ese dolor fue el peor que haya sentido en mi vida", dijo Evelyn en una entrevista.
Evelyn buscó atención médica y, finalmente, fue enviada a la sala de emergencias. Después de la resonancia magnética, recibió la noticia de que tenía un tumor cerebral (meningioma de 2,5 cm). Durante tres meses, Evelyn pasó por cinco rondas de radiación. Mientras estaba siendo tratada, el esposo de Evelyn se estaba muriendo y necesitaba su cuidado.
Ante la situación, Evelyn lloró y le preguntó a Dios: "¿Dónde estás en todo esto? ¿Qué está pasando en mi vida?”. Evelyn, quien es cristiana, decidió pedir ayuda al grupo de oración de su iglesia. Después de tres meses de tratamientos, una resonancia magnética mostró que el procedimiento médico no tuvo éxito.
Después de seis meses, el tumor había crecido y cubría el nervio óptico, que podía cegar a Evelyn de un ojo. En lugar de debilitarse en su creencia, Evelyn experimentó una oleada de fe. Ella sintió que Dios quería que ella dejara de pedir sanidad y comenzara a adorarlo en esa situación.
Evelyn le pidió a su grupo de oración y a sus familiares que hicieran lo mismo. Estaban perplejos, pero decidieron seguir la decisión de Evelyn. Nueve meses después del diagnóstico inicial, el médico dijo que el tumor estaba desapareciendo. Evelyn estaba tan feliz que comenzó a alabar con más ahínco a Dios.
Evelyn buscó atención médica y, finalmente, fue enviada a la sala de emergencias. Después de la resonancia magnética, recibió la noticia de que tenía un tumor cerebral (meningioma de 2,5 cm). Durante tres meses, Evelyn pasó por cinco rondas de radiación. Mientras estaba siendo tratada, el esposo de Evelyn se estaba muriendo y necesitaba su cuidado.
Ante la situación, Evelyn lloró y le preguntó a Dios: "¿Dónde estás en todo esto? ¿Qué está pasando en mi vida?”. Evelyn, quien es cristiana, decidió pedir ayuda al grupo de oración de su iglesia. Después de tres meses de tratamientos, una resonancia magnética mostró que el procedimiento médico no tuvo éxito.
Después de seis meses, el tumor había crecido y cubría el nervio óptico, que podía cegar a Evelyn de un ojo. En lugar de debilitarse en su creencia, Evelyn experimentó una oleada de fe. Ella sintió que Dios quería que ella dejara de pedir sanidad y comenzara a adorarlo en esa situación.
Evelyn le pidió a su grupo de oración y a sus familiares que hicieran lo mismo. Estaban perplejos, pero decidieron seguir la decisión de Evelyn. Nueve meses después del diagnóstico inicial, el médico dijo que el tumor estaba desapareciendo. Evelyn estaba tan feliz que comenzó a alabar con más ahínco a Dios.
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