6 de enero de 2020

ABANDONÓ LA PROSTITUCIÓN PARA SERVIR A DIOS

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23 DE DICIEMBRE DEL 2019

Después de probar los placeres de este mundo, y no hallar la paz que su alma anhelaba, Amy fue restaurada de su pasado de prostitución para hablar del perdón de Dios y alentar a miles de personas a través de su testimonio.


Cuando era una mujer joven en el pequeño pueblo de Indiana, Estados Unidos, Amy J. Miranda, nacida en un pequeño pueblo, soñaba con ser misionera, pero su sueño se frustró al escuchar a su padrastro decir que las mujeres no podían predicar. Como resultado, Amy, que nunca conoció a su padre biológico, comenzó a cuestionar su identidad y su papel en la iglesia de Cristo.
Por consecuencia, Amy rechazó a Cristo en su adolescencia, dejando un vacío espiritual en su vida. Después de graduarse de la escuela secundaria, Amy abandonó una beca para viajar hacia Washington D.C., por priorizar las fiestas, drogas y una vida promiscua que la llevó a la ruina.
El consumo de drogas requería dinero. Para apoyar su adicción, Amy comenzó a usar su cuerpo por influencia de una mujer que le enseñó el comercio de la prostitución. "Justificaba mis acciones denigrando mi cuerpo. Mientras tuviera dinero, nada me importaba", dijo Amy, ahora de 50 años, a AG News.
A los 23 años, estando embarazada, Amy decidió mudarse a California para estar con su abuela (cristiana). Atraída por el amor de los hermanos, Amy tuvo su primer encuentro con Dios por medio de una alabanza. Sintió que Él le decía: “Amy, morí por los enfermos del alma. Puedes ser restaurada”. Después de ese domingo, ella nunca miró hacia atrás.
Al cabo de un tiempo, Amy se casó con un hombre de Dios, y tuvo una pronta rehabilitación al involucrarse en la escuela dominical de niños. "Amy tiene el corazón de una misionera al llevar el evangelio a hombres y mujeres que tienen un pasado doloroso", dice Seiler, pastor de la iglesia. Sin duda, el testimonio de Amy, es la prueba fiel del poder y la gracia de Dios.
(*) Imagenes referenciales.

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