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28 DE OCTUBRE DEL 2019
Cada 1 de noviembre, en diferentes países se realizan celebraciones alusivas a los muertos. Esta festividad que involucra a grandes y pequeños, cada vez tiene una mayor aceptación por la sociedad. Sin importar las raíces tradicionales por las que se celebra, millones de personas en el mundo son engañados por estas veneraciones paganas.
Según el calendario cívico, los dos primeros días del mes de noviembre están dedicados a todos los muertos. Se dice que esta festividad no es una noche de terror, sino un día completo de almas que vuelven a este mundo; almas de seres queridos que visitan a los vivos en sus hogares, vecindarios o cementerios.
Es en esta época cuando los hogares adornan altares y adoptan una atmósfera sobrenatural. Los familiares preparan veladas para acompañar a los muertos en su regreso al más allá. Es decir, las almas de todos los difuntos regresan un día al año para visitar a sus seres queridos y luego regresar al inframundo, pues se cree que sus espíritus están conscientes, y por esto pueden venir a la hora que los invoquen.
Al parecer, la fecha de esta celebración busca crear un espacio de memoria y oración para que los seres queridos ya fallecidos gocen de tranquila paz. ¡Pero no es así! Esta oscura tradición que se encuentra camuflada de estatuas horribles, panes y dulces que asemejan cráneos inofensivos, alimentos culinarios, hasta danzas especiales, llevan consigo un oscuro secreto.
La Biblia es clara al describir la condición de los difuntos. Ella nos dice que “los vivos tienen conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en absoluto” (Eclesiastés 9:5). La palabra de Dios es clara: los muertos ya no son consientes de nada de lo que pasa en el mundo de los vivos, no comen ni caminan, ellos ya no sienten.
Aunque en el fondo de los corazones sería agradable poder pasar por lo menos un día con aquellas personas que fueron importantes en nuestras vidas, la Biblia nos muestra que esto es imposible. El hecho de que la UNESCO haya declarado el “Día del Muerto como una obra maestra del patrimonio de la humanidad" no altera el hecho de que, de acuerdo con las normas bíblicas, los cristianos no deben tener nada que ver con esos mitos.
Estimado amigo, no es casualidad que usted lea este artículo. La Palabra de Dios nos advierte que no consultemos a espíritus ni adivinos, pues advierte que aquellos que consultan a los muertos son "abominables" delante del Señor. En pocas palabras, el pueblo de Dios debe separarse de tales prácticas pecaminosas, como se hace en el Día de los Muertos, y así evitar la ira que vendrá sobre aquellos que las hacen.
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