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24 DE AGOSTO DEL 2017
El Gran Terremoto del Este de Japón de 2011 impulsó a las iglesias japonesas a repensar la forma de involucrarse en la evangelización. En el área de Tohoku, al norte de Japón, hay muchos ejemplos de personas que previamente no habían demostrado ningún interés en el evangelio, pero se volvieron receptivas luego de ver el apoyo desinteresado de los cristianos frente al desastre.
Esta apertura se produjo no por una gran campaña evangelística o un atractivo programa de iglesia. Más bien, la gente se vio atraída al cristianismo cuando vieron a Cristo en la vida de los voluntarios cristianos que, sin exigir nada a cambio, seguían acudiendo a las áreas de desastre para proveer ayuda y apoyo.
Los cristianos eran conscientes de que los que estaban sufriendo no estaban lidiando solo con necesidades físicas, como ropa, comida y vivienda, sino que estaban enfrentando también necesidades espirituales, mientras luchaban con la pérdida de seres queridos.
Las personas del lugar aceptaron a los cristianos que simplemente se presentaron como colaboradores de la iglesia y siguieron atendiendo las necesidades de las personas. Los residentes en viviendas temporales abrazaron a estos cristianos como amigos. Con el tiempo, les pidieron que les hablaran acerca de la Biblia. Cuando preguntaban a los cristianos por qué venían repetidamente de tan lejos para ayudarlos, era una invitación abierta a compartir sus testimonios.
Ahora gracias al apoyo de los cristianos se ha visto un despertar en la iglesia de la costa Tohoku, cambiando las vidas de muchas personas que lo habían perdido todo.
La catástrofe de 2011 promovió esta clase de concienciación, y las iglesias en todo Japón, independientemente de si han tenido esta clase de experiencia o no, deberían reconsiderar cómo participar en la misión. La escala sin precedentes de este desastre ha abierto los ojos de los cristianos japoneses a una comprensión más holística del evangelio, y está estimulando una transformación de las estructuras fundamentales de la iglesia.
Nota Completa Aquí.
Fuente: Protestante digital
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